Los auto-trasplantes de grasa son una técnica cada vez más utilizada en cirugía estética, tanto facial como corporal. Consisten en extraer grasa de una zona del cuerpo del propio paciente y luego inyectarla en otra zona que se desea aumentar o rellenar. De esta forma, se logra un resultado natural y armonioso, aprovechando las ventajas de la grasa autóloga.
La grasa autóloga tiene varias propiedades beneficiosas para la cirugía estética. Por un lado, es un material biocompatible, que no produce rechazo ni alergias. Por otro lado, contiene células madre y factores de crecimiento, que estimulan la regeneración de los tejidos y mejoran la calidad de la piel. Además, la grasa autóloga se adapta perfectamente a la forma y el movimiento de la zona receptora, dando un aspecto natural y duradero.
Los auto-trasplantes de grasa se pueden aplicar en diferentes partes del cuerpo, según las necesidades y deseos de cada paciente. Algunas de las zonas más frecuentes son:
- El rostro: se puede rellenar el surco nasogeniano, los pómulos, los labios, las ojeras o las arrugas. La grasa autóloga aporta volumen y luminosidad al rostro, rejuveneciéndolo y suavizando sus rasgos.
- El pecho: se puede aumentar el tamaño o la proyección de los senos, o corregir asimetrías o defectos postquirúrgicos. La grasa autóloga da un aspecto natural y armónico al pecho, sin necesidad de implantes artificiales.
- Los glúteos: se puede aumentar el volumen o la forma de los glúteos, o rellenar depresiones o irregularidades. La grasa autóloga da un aspecto firme y redondeado a los glúteos, mejorando su contorno y su proyección.
- Otras zonas: se puede rellenar el dorso de las manos, las pantorrillas, los tobillos o las cicatrices. La grasa autóloga mejora el aspecto de estas zonas, disimulando el envejecimiento o las secuelas de traumatismos o cirugías previas.
El procedimiento de los auto-trasplantes de grasa se realiza bajo anestesia local o sedación, según la extensión y la zona a tratar. Primero se extrae la grasa de una zona donante, como el abdomen o los muslos, mediante una cánula fina conectada a una jeringa o un dispositivo de vacío. Luego se procesa la grasa para separarla del líquido y las células dañadas, y se centrifuga para concentrar las células viables. Finalmente se inyecta la grasa en la zona receptora, mediante una cánula muy fina y con pequeños depósitos en diferentes planos.
Los auto-trasplantes de grasa son una técnica segura y eficaz, que ofrece resultados inmediatos y permanentes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que parte de la grasa inyectada se reabsorbe con el tiempo, por lo que puede ser necesario realizar más de una sesión para lograr el resultado deseado. También hay que seguir unas recomendaciones postoperatorias para favorecer la integración y supervivencia de la grasa trasplantada.
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