La cirugía estética es una opción cada vez más demandada por personas que desean mejorar su aspecto físico y su autoestima. Sin embargo, antes de tomar la decisión de someterse a una intervención de este tipo, es importante informarse bien sobre los riesgos, los beneficios, las expectativas y los cuidados que implica.
¿Qué es la cirugía estética?
La cirugía estética es una rama de la cirugía plástica que se ocupa de modificar o mejorar el aspecto de alguna parte del cuerpo que no satisface al paciente. A diferencia de la cirugía reconstructiva, que busca reparar defectos congénitos o adquiridos por accidentes o enfermedades, la cirugía estética tiene fines principalmente estéticos y no funcionales.
La cirugía estética puede realizarse en diferentes partes del cuerpo, como el rostro, el busto, el abdomen, las extremidades o los genitales. Algunas de las intervenciones más frecuentes son la rinoplastia (nariz), la blefaroplastia (párpados), la otoplastia (orejas), el aumento o reducción mamaria, la liposucción, la abdominoplastia, el lifting facial o la vaginoplastia.
¿Qué beneficios tiene la cirugía estética?
La cirugía estética puede aportar beneficios tanto físicos como psicológicos al paciente. Entre los beneficios físicos se encuentran:
- Mejorar el aspecto y la proporción de alguna parte del cuerpo.
- Corregir imperfecciones o defectos que causan incomodidad o malestar.
- Rejuvenecer el rostro o el cuerpo y retrasar los signos del envejecimiento.
- Aumentar la confianza y la seguridad en uno mismo.
Entre los beneficios psicológicos se encuentran:
- Mejorar la autoestima y la satisfacción con la imagen corporal.
- Reducir el estrés, la ansiedad o la depresión asociados a un complejo físico.
- Mejorar las relaciones sociales, laborales y afectivas.
- Aumentar el bienestar y la calidad de vida.
¿Qué riesgos tiene la cirugía estética?
Como toda intervención quirúrgica, la cirugía estética también implica algunos riesgos que hay que tener en cuenta. Estos riesgos pueden ser generales o específicos según el tipo de operación. Entre los riesgos generales se encuentran:
- Reacciones adversas a la anestesia o a los medicamentos.
- Infecciones, hemorragias o hematomas.
- Cicatrices visibles o queloides.
- Trombosis venosa o embolia pulmonar.
- Necrosis o pérdida de tejido.
- Asimetrías o resultados insatisfactorios.
Entre los riesgos específicos se encuentran:
- Alteraciones de la sensibilidad o del movimiento en la zona operada.
- Pérdida de forma o volumen en el busto o los glúteos.
- Seromas o acumulación de líquido en el abdomen.
- Ptosis o caída de los párpados.
- Perforación del tabique nasal o dificultad para respirar.
- Complicaciones en la cicatrización o en la sensibilidad de los genitales.
¿Qué expectativas se deben tener sobre la cirugía estética?
Es fundamental tener expectativas realistas sobre lo que se puede lograr con la cirugía estética. La cirugía estética no es una solución mágica ni definitiva para todos los problemas personales o emocionales. Tampoco puede cambiar por completo el aspecto de una persona ni hacerla parecer otra.
La cirugía estética puede mejorar el aspecto físico y aumentar la autoestima, pero no puede garantizar una felicidad plena ni resolver todos los conflictos internos o externos. Por eso, es importante tener una motivación adecuada y una actitud positiva antes de someterse a una operación.
Además, hay que tener en cuenta que los resultados de la cirugía estética no son inmediatos ni permanentes. Se necesita un tiempo para que se desinflame y cicatrice la zona operada, y para que se aprecien los cambios. Asimismo, se debe seguir un estilo de vida saludable y unos cuidados específicos para mantener los resultados a largo plazo.
¿Qué cuidados se deben tener antes y después de la cirugía estética?
Antes de la cirugía estética, se deben seguir una serie de recomendaciones para preparar el cuerpo y la mente para la intervención. Estas recomendaciones son:
- Elegir un cirujano plástico y estético cualificado, con experiencia y reconocimiento, que ofrezca garantías de seguridad y calidad.
- Informarse bien sobre el tipo de operación, los riesgos, los beneficios, los resultados esperados y el proceso de recuperación.
- Realizarse los exámenes médicos previos que indique el cirujano, como análisis de sangre, electrocardiograma o mamografía.
- Seguir las indicaciones del cirujano sobre el ayuno, la higiene, la medicación o el uso de fajas o vendajes antes de la operación.
- Evitar el consumo de alcohol, tabaco, drogas o medicamentos que puedan interferir con la anestesia o la coagulación.
- Contar con el apoyo de familiares o amigos que puedan acompañar al paciente antes y después de la operación.
Después de la cirugía estética, se deben seguir una serie de cuidados para favorecer la cicatrización y la recuperación. Estos cuidados son:
- Seguir las indicaciones del cirujano sobre el reposo, la movilización, la alimentación, la hidratación o el uso de fajas o vendajes después de la operación.
- Tomar los medicamentos recetados por el cirujano para aliviar el dolor, prevenir las infecciones o reducir la inflamación.
- Asistir a las revisiones médicas programadas por el cirujano para evaluar la evolución y retirar los puntos o los drenajes.
- Evitar el sol, el calor, el frío o los traumatismos en la zona operada.
- Evitar el consumo de alcohol, tabaco, drogas o medicamentos que puedan afectar a la cicatrización o al resultado final.
- Realizar ejercicios suaves y masajes según las indicaciones del cirujano para mejorar la circulación y la elasticidad de la piel.
- Mantener una actitud positiva y paciente ante los cambios y las molestias que puedan surgir durante el proceso de recuperación.