Expectativas reales, el criterio básico en la comunicación médico-paciente de Cirugía Estética

Transmitir de forma entendible y realista qué resultados puede esperar una persona tras someterse a una operación de Cirugía Plástica Estética es una cuestión fundamental tanto para una buena praxis en el ejercicio de esta especialidad como para la adecuada comunicación entre el cirujano y su paciente y, por supuesto, para la satisfacción última de éste.

Por ello, la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética suele recomendar el término “expectativas reales” como el criterio básico para que los cirujanos plásticos de nuestro país y sus pacientes valoren conjuntamente los previsibles resultados de cada intervención, por encima de factores económicos o deseos estéticos personales.

En este sentido, “expectativas reales” en Cirugía Estética son aquellas que tienen en cuenta la edad, los hábitos de vida y las condiciones físicas individuales de cada paciente; en concreto, las características anatómicas y la capacidad de cicatrización de la zona o zonas a intervenir y su deseable proporción respecto a las zonas adyacentes.

Los pacientes deben ser conscientes de que, dependiendo de su condición física, no todo el mundo puede esperar los mismos resultados de las mismas intervenciones. Varían, en efecto, en función de la anatomía de cada persona, su capacidad de cicatrización, que es diferente según la edad, y otros factores como el tabaquismo o la exposición al sol, que influyen en la calidad de la piel y demás tejidos.

Desde un punto de vista estético, también hay que tener en cuenta las características anatómicas de las zonas adyacentes a la que se va a intervenir. Por ejemplo, en el caso de una paciente que precise de una reducción mamaria, debe valorarse hasta qué punto ésta puede propiciar que se le destaque más el abdomen, ya que se trata de buscar siempre los volúmenes adecuados y la mejor proporción posible entre ellos.

Repasando las intervenciones de Cirugía Estética más demandadas en nuestro país, además de todo lo expuesto, las expectativas reales en cada una de ellas pasarían por considerar lo siguiente:

Aumento de mamas

Valorar las expectativas reales incluye una correcta exploración de la mama y una medición exhaustiva del pecho y el tórax, así como de la altura y el peso de la paciente, analizando posibles anomalías. Un complemento útil lo constituyen las técnicas 3D, que permiten simular el resultado con diferentes tipos de implantes y volúmenes.

Liposucción

Aparte de advertir al paciente sobre la posibilidad de tener que recurrir a una segunda intervención o a ciertos retoques tras una primera liposucción, en determinados individuos que presentan exceso de peso se recomienda una reducción previa de éste mediante dieta y ejercicio.

Blefaroplastia

En la zona de los párpados es fundamental un estudio detallado de la piel del área que se va a intervenir para valorar su elasticidad, su hidratación, el funcionamiento de los músculos auriculares y la posible existencia del síndrome de ojo seco, pues la aparición de esta alteración puede presentarse tras una blefaroplastia y el cirujano debe asegurarse de que el paciente no está afectado por ella previamente.

Rinoplastia

En una intervención como la rinoplastia, ocurre que los pacientes, a menudo, desean prototipos de nariz que no guardan armonía con el resto de sus estructuras faciales o que resultan antinaturales por su anatomía general. Por el contrario, el objetivo debería ser lograr un resultado natural y en armonía con el resto de la cara, para lo que tiene que realizarse un estudio detallado de los rasgos y estructuras faciales del paciente.

Abdominoplastia

Se recurre a ella para tratar alteraciones del abdomen, sobre todo por exceso de grasa y piel. Antes de someterse a una abdominoplastia, es conveniente saber que no sólo se realizará un estiramiento del abdomen sino que también será necesaria una disminución de los flancos para dar una unidad estética y lograr una figura armónica y una estructura mucho más conjuntada.

Reducción de mamas

Como decíamos, en este caso, en que el objetivo es la reducción del tamaño del pecho, debe tomarse en consideración todo el contorno de la paciente, pues lo que se persigue es la proporción. Además, hay que valorar el posible efecto nocivo del tabaco, ya que en pacientes fumadoras se pueden producir alteraciones como pequeñas necrosis o costras en la areola que dificulten la correcta cicatrización.

Mastopexia

A la hora de identificar las expectativas reales de una elevación de las mamas, los cirujanos necesitan valorar la elasticidad y la textura de la piel del pecho y advertir a la paciente de que los tejidos pueden haberse deteriorado si ha sido madre y ha dado el pecho. Por ello, es la intervención, junto con la liposucción, que cuenta con índices de retoque más amplios y una tasa más elevada de reintervención.

Otoplastia

La técnica más demandada en esta intervención quirúrgica es la corrección de las “orejas de soplillo”; en este caso, las expectativas reales se transmiten, por lo general, a los padres de los pacientes, ya que son operaciones que suelen realizarse en edad escolar. Asimismo, al igual que en el resto de intervenciones estéticas, es muy importante insistir al paciente en que respete el tiempo de reposo necesario tras la operación, de unas tres semanas, que es lo que tardan en cicatrizar los tejidos blandos.

Lifting facial

En esta intervención estética es importante realizar, antes de la operación, un análisis riguroso de los tres tercios faciales del rostro del paciente y sus proporciones. Y, en cualquier caso, averiguar si sus expectativas son objetivas, es decir, si quiere corregir o mejorar un aspecto concreto de su cara, o subjetivas, cuando quiere hacerse un lifting para, por ejemplo, gustar más a su pareja.

Aumento de glúteos

Se trata de la cirugía en la que más expectativas irreales se observan en la actualidad, ya que, a diferencia de lo que ocurre en el aumento de mamas, no se dispone de tecnología para hacer simulaciones. A ello se une la influencia de personalidades famosas y otros iconos sociales con glúteos excesivos o poco naturales. A los pacientes que los solicitan así no se les debería recomendar la intervención, pues los cirujanos tendrían que recurrir a técnicas poco ortodoxas y se excederían los volúmenes razonables.

En general, y en común para todas las intervenciones, otra de las claves a tener en cuenta en la comunicación entre el cirujano plástico y el paciente es que éste se asegure de que el primero tiene la titulación oficial y homologada de “Médico Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora”.

Fuente

secpre.org

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