La toxina botulínica puede servir como solución para pacientes con paquioniquia congénita, una genodermatosis rara que suele generar engrosamiento de la uña, quistes e hiperqueratosis de las plantas de los pies.
Es una de las terapias estrella en dermatología estética, sin embargo, la toxina botulínica no deja de mostrar su utilidad en la reducción de síntomas de múltiples patologías, incluidas algunas pediátricas, según la XXX Reunión del Grupo Español de Dermatología Pediátrica de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Por ejemplo, la toxina botulínica puede servir como solución para pacientes con paquioniquia congénita, una genodermatosis rara que suele generar engrosamiento de la uña, quistes e hiperqueratosis de las plantas de los pies (callosidades) y que provoca, entre otros síntomas, dolor en muchos pacientes.
La toxina botulínica sirve como tratamiento del fenómeno de Raynaud, una alteración vascular que cursa con una respuesta anómala a las bajas temperaturas e isquemia en los dedos de las manos y los pies.
Otra patología dermatológica que puede verse beneficiada del empleo de esta sustancia es la hiperhidrosis palmar y plantar, es decir, el exceso de sudoración. ‘‘Hay chavales que no quieren dar la mano o que mojan el papel durante los exámenes. La hiperhidrosis no es un sudor por eliminación de calor, sino que es una reacción primitiva del sistema simpático. Con la toxina botulínica se paraliza la inervación simpática y se elimina la sudoración en esa zona», explica la doctora Eulalia Baselga, jefa de Dermatología Pediátrica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y miembro del Grupo Español de Dermatología Pediátrica (GEDP) de la AEDV.
Asimismo, la toxina botulínica sirve como tratamiento del fenómeno de Raynaud, una alteración vascular que cursa con una respuesta anómala a las bajas temperaturas e isquemia en los dedos de las manos y los pies; y de la epidermólisis ampollosa, un grupo de enfermedades genéticas de la piel caracterizada por fragilidad de la piel y aparecimiento frecuente de ampollas.
Fuente: consalud.es