Las cicatrices patológicas y su tratamiento

De pequeños, todos nos hemos caído más de una vez corriendo, jugando o saltando en el patio. Alguna de estas caídas nos ha dejado heridas que, con el tiempo, han cicatrizado. También hay cicatrices que aparecen por cirugías o traumatismos. Pero no a todo el mundo le cicatrizan las heridas de la misma manera. En algunas personas, lo hacen de forma patológica, es decir, generando cicatrices hipertróficas o queloides.

Volviendo a las heridas, existen dos grandes categorías para su clasificación: agudas y crónicas. Las primeras conllevan un proceso complejo que involucra una gran variedad de tipos celulares. Las crónicas pasan por el proceso de reparación sin llegar a establecer un resultado anatómico y funcional.

Numerosos factores influyen en el proceso de cicatrización de las heridas. Se dividen en:

  • Factores locales: infección, cuerpos extraños, isquemia, tabaquismo, radiación, trauma, cáncer, toxinas locales, insuficiencia arterial, insuficiencia venosa e hipertermia.
  • Factores sistémicos: desórdenes hereditarios que afectan a la síntesis de colágeno, deficiencias nutricionales, edad, diabetes, enfermedad hepática, alcoholismo, uremia, toma de determinados medicamentos, transfusiones sanguíneas e ictericia.

Las cicatrices hipertróficas

Son elevadas, eritematosas, pueden provocar quemazón o picor y permanecen dentro de los límites de la herida original. La formación de la cicatriz se inicia entre la sexta y octava semana de la lesión y puede empeorar hasta seis meses después. Llegan a producir contracturas si se localizan sobre articulaciones o a lo largo de una extremidad. La fase de maduración dura de uno a dos años.

Estas marcas son comunes después de un trauma como quemaduras, acné o vacunas. Las resultantes de tensión excesiva o de complicaciones de la herida como infección o retraso en el cierre y cicatrización se pueden tratar de forma efectiva combinando la cirugía con presoterapia con placas de silicona. En casos más rebeldes se pueden poner corticoides intralesionales.

Las cicatrices queloides

También son elevadas y eritematosas; sin embargo, se extienden más allá de los límites de la lesión original. No es frecuente que involucionen y no se asocian a contracturas. De hecho, tienden a recurrir después de la escisión.

Las cicatrices queloides tienen una incidencia mayor durante la pubertad y el embarazo, así como una disminución en la menopausia y en pacientes de edad avanzada, lo cual demuestra una gran influencia hormonal.

Respecto al tratamiento de este tipo de marcas, se inicia con corticoides intralesionales y, si no funcionan, es necesario extraer el tejido que ha desbordado las cicatrices y, en ocasiones, proceder a la aplicación de dos sesiones de braquiterapia, una el mismo día y la siguiente el día después.

Fuente: secpre.org

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