Masculinización torácica

La masculinización torácica es un procedimiento quirúrgico que tiene como objetivo eliminar el tejido mamario y la piel sobrante del pecho de las personas transgénero que desean tener un aspecto más masculino. Esta cirugía se enmarca dentro de las cirugías de afirmación o reasignación de género, que buscan alinear la identidad de género y el cuerpo de una persona.

Existen diferentes técnicas para realizar la masculinización torácica, dependiendo del tamaño, la forma y la elasticidad de las mamas. Algunas de las más comunes son:

  • Mamoplastia subcutánea o periareolar: Consiste en hacer una incisión alrededor de la areola y extraer el tejido mamario a través de ella. Se utiliza en casos de mamas pequeñas y con buena elasticidad de la piel. La ventaja es que deja una cicatriz poco visible y respeta la sensibilidad del pezón.
  • Mamoplastia con injerto libre de areola: Consiste en extirpar el tejido mamario y la piel sobrante mediante una incisión horizontal en el pliegue inferior del pecho. Luego se recorta la areola y el pezón y se trasplantan a una posición más alta y lateral, acorde al tórax masculino. Se utiliza en casos de mamas grandes o con piel flácida. La ventaja es que permite un mayor remodelado del pecho, pero deja una cicatriz más evidente y puede comprometer la sensibilidad del pezón.

El cirujano plástico es el encargado de evaluar cada caso y decidir la técnica más adecuada, teniendo en cuenta las expectativas y los deseos del paciente. La cirugía se realiza bajo anestesia general y suele durar entre dos y cuatro horas. El postoperatorio implica llevar un vendaje compresivo durante unas semanas, tomar analgésicos y antibióticos, evitar el ejercicio físico intenso y seguir las indicaciones médicas para el cuidado de las heridas.

La masculinización torácica es una cirugía que puede mejorar significativamente la calidad de vida y el bienestar psicológico de las personas transgénero que sufren disforia de género. Sin embargo, también implica riesgos y complicaciones, como sangrado, infección, reacción a la anestesia, retraso en la cicatrización, pérdida del injerto, asimetría, necrosis o insatisfacción con el resultado. Por eso, es importante informarse bien sobre el procedimiento, sus beneficios y sus consecuencias, y contar con un equipo médico especializado y experimentado.

Fuentes:

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