La aparición de varices se ha convertido en un problema que nos afecta a la vida cotidiana. Se trata de una afección que nos impide mostrar las piernas sin sentirnos incómodos o acomplejados, afectando también a nuestra autoestima. Pero las varices no son solo una cuestión de estética. Su efecto va más allá, y es que pueden llegar a ser dolorosas o incluso ser las causantes de problemas vasculares. Y, si su evolución no es buena, pueden incluso llegar a provocar un problema vascular.
Te contamos qué son, por qué aparecen y a quién pueden afectar las varices.
¿Qué son exactamente las varices?
Las varices no son más que dilataciones de las venas que surgen cuando no hay una circulación de retorno adecuada.
Con frecuencia aparecen en las piernas, donde son más habituales, aunque también pueden aparecer en otras zonas del cuerpo. Los síntomas más comunes suelen ser dolor, piernas cansadas, aparición de venas superficiales, hinchazón en los tobillos, alteración del color de la piel, enrojecimiento o picor.
¿Por qué aparecen?
Según los médicos expertos, son diversas las causas que provocan su aparición: para empezar, existe un componente genético, además de los hábitos de vida.
Las varices se van formando cuando a nuestro organismo le es difícil hacer que la sangre retorne al corazón con la fluidez necesaria. Al no bombear correctamente, la sangre se acumula y aumenta la presión venosa, por lo que las venas se dilatan. En principio, las venas vuelven a su estado natural si se favorece el retorno venoso, pero si pasamos mucho tiempo sin actuar y con dificultades para el retorno venoso, las venas se dilatan permanentemente.
Por tanto, cuando surgen las primeras, es recomendable acudir a especialistas en varices para poder evitar que esta dolencia se agrave.
Los hombres también pueden padecerlas
La falta de información y la falsa creencia de que afectan solamente a las mujeres nos han hecho ver a las varices como una afección que no es cosa de hombres. Es cierto que son más frecuentes en las mujeres, pero esta insuficiencia venosa no entiende de sexos y lo cierto es que los hombres también pueden padecerlas.